miércoles, 28 de agosto de 2013

FOTOGRAFÍA


Todos los días veo tu fotografía en la pared, 
Como diamantes negros, tus ojos pequeños brillan
Fríos e inertes, fijos en la estancia
Hundidos para siempre en el santuario del vacío.

Aún así me hipnotizan y me vuelven débil
De alguna manera sus bordes rotos y afilados
Dejaron heridas fatales en mí.

Aunque sanen, las cicatrices permanecen profundas,
Abismos perdidos debajo del mar
Pero tu mirada de cristal es sólo una fuente seca
Inútil ante mi sed, manchada de ceguera irreversible.


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